QUIERO HACER TU VOLUNTAD
Nadie dijo que hacer la voluntad de Dios es fácil, sin
embargo su voluntad es la que debemos llevar a cabo.
A veces nos encontramos en un momento en
donde debemos elegir entre hacer lo que nosotros creemos que tenemos que hacer
o hacer lo que Dios quiere que hagamos. Obviamente cada una de las decisiones
que tomemos darán como resultados cosas buenas o malas dependiendo la voluntad
que elijamos. Sin elegimos hacer nuestra voluntad antes que la de Dios lo más seguro es que nos ira mal,
sin embargo si elegimos hacer la voluntad de Dios antes que la nuestra debemos
tener la seguridad que nos ira bien.
El salmista David comprendió lo que significaba hacer la
voluntad de Dios por esa razón escribió estas palabras en el siguiente salmo:
“Enséñame a hacer tu
voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me lleve hacia delante
con pasos firmes.”
Salmos 143:10 (Nueva Traducción Viviente)
En primer lugar David le dice a Dios: “Enséñame a hacer tu
voluntad”,
eso quiere decir que hacer la voluntad de Dios es aprendido, no es cosa fácil,
se requiere de un proceso para aprender y muchos de nosotros hemos
entrado en ese proceso y al no hacer la voluntad de Dios sino que la nuestra
hemos aprendido a que dejar de hacer lo que Dios quiere para hacer lo que
nosotros queremos es incorrecto y nos trae consecuencias negativas.
También David decía: “Que tu buen Espíritu me
lleve hacia delante con pasos firmes”. Y es que se requiere de pasos firmes para
avanzar hacia la voluntad de Dios porque en muchas ocasiones nuestra voluntad
se quiere anteponer a la voluntad de Dios.
Hoy te quiero preguntar: ¿Estás llevando a
cabo la voluntad de Dios o estás haciendo tu voluntad?, cada uno de nosotros
debemos examinar que clase de voluntad es la que estamos llevando a cabo en
este momento y si detectamos que estamos haciendo lo que nosotros creemos
conveniente antes de hacer lo que Dios nos ha mandado a hacer, entonces es hora
de REACCIONAR y comenzar a
hacer la voluntad de Dios.
Pidámosle a Dios que nos enseñe a hacer su voluntad y que
también nos de la fuerza para avanzar con pasos firmes hacia ella, pues solo de
esta manera encontraremos las bendiciones que tanto anhelamos.
Muchas veces dejamos de experimentar las bendiciones de Dios
porque decidimos equivocadamente hacer nuestra voluntad antes que la del Señor.
¡Examina tus caminos y observa si en ellos esta Dios
rigiéndote y tu obedeciendo!
“Dios mío, cumplir tu
voluntad es mi más grande alegría; ¡tus enseñanzas las llevo muy dentro de
mí!”
Salmos 40:8 (Traducción en lenguaje actual)
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