La incredulidad
La palabra de Dios dice en 2ª. de Corintios 4:1-6, “por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio esta aún encubierto, entre los que se pierden esta aún encubierto; en los cuales el dios de este siglo (Satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Queridos amigos, otro enemigo que está destruyendo la humanidad es la incredulidad, porque ahora más que nunca antes, se está manifestando una generación incrédula y perversa, que pone en tela de juicio la palabra de Dios, y aun niega la existencia del creador. En el Salmo 53:1-3 Dios habla así: “dice el necio en su corazón: no hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.”
Sin embargo a pesar de la incredulidad del hombre, Dios en su amor y su misericordia le habla por medio de las cosas creadas, como lo dice su palabra en la epístola del apóstol Pablo a los Romanos, capitulo 1:19-20. “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” También Dios les habla por medio de la conciencia. En esta misma epístola, Pablo inspirado por Dios escribe lo siguiente en el capitulo 2:14-16. “Porque cuando los gentiles que no tiene ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres”.
Otra manera en que Dios habla es a través de su santa palabra, en la segunda epístola a Timoteo 3:16, el apóstol Pablo inspirado por Dios dice así: “toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para ensenar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” De estas tres maneras habla Dios a todo ser humano:
- 1- Por medio de las cosas creadas “Porque los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”, Salmo 19:1
- Por la conciencia. “De acuerdo a la palabra de Dios es el sentido moral que Dios puso en el hombre, para discernir lo bueno y lo malo, es también el conocimiento íntimo de nuestra condición espiritual.” Romanos 2:14-16
- Por su santa palabra “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra. La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.” Salmos 119:67 y 137. Para quitarle toda incredulidad y hacerlo inexcusable en aquel día cuando sea llamado a juicio, aunque sabemos y estamos conscientes que la mayoría de personas prefieren negar la existencia de Dios, porque aman más los deleites temporales del pecado y no quieren ser corregidos por Dios; el cual es Santo y demanda arrepentimiento. Queridos amigos, como dice el diccionario bíblico ilustrado: “La incredulidad no proviene en absoluto de la imposibilidad de resolver una multitud de problemas intelectuales. Su origen es moral y espiritual: en su soberbia el hombre elige deliberadamente permanecer independiente con respecto a Dios, porque no quiere abandonar su pecado, o su propia justicia, y sobre todo rehúsa abdicar de su rebelde voluntad.”
Amados amigos, ¿podrá la incredulidad de muchos hacer nula la fidelidad de Dios? de ninguna manera; “antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: para que seas justificado en tus palabras y venzas cuando fueres juzgado. Pero el hombre natural (el incrédulo) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” 1ª. de Corintios 2:14. Y una de las manifestaciones de incredulidad del ser humano es rechazar la palabra de Dios, la cual representa su misma autoridad. En el evangelio de San Juan nos dice el señor Jesucristo en el capitulo 5:44, “¿Cómo pueden ustedes creer, pues reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único?”
Una cosa es muy clara, queridos amigos; Dios no dará por inocente al incrédulo, su pecado de incredulidad no quedará impune, así lo declara Dios en su palabra en el evangelio de Juan capitulo 3:18-19, “El que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron mas las tinieblas (sienten placer en el pecado y la inmoralidad) que la luz, porque sus obras eran malas.”
El castigo será muy severo para los incrédulos, en el libro de Apocalipsis 21:8, Dios advierte lo siguiente: “pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Los cobardes y los incrédulos son los primeros que aparecen en esta lista. Pero Dios que es grande en misericordia da oportunidad a todos de salir de la incredulidad. El señor Jesús le dijo a uno de sus discípulos: “no seas incrédulo sino creyente y el discípulo entendiendo esto le dijo al señor Jesucristo: ¡Señor mío y Dios mío!” Juan 20:27-28. Porque él conoce nuestra condición, nos ama y quiere ayudarnos.
La palabra de Dios nos habla de un padre de familia el cual tenía un hijo poseído de un espíritu inmundo. “Cuando lo trajeron con el señor Jesucristo, le pregunto al padre: ¿cuánto tiempo hace que le sucede esto? El padre del muchacho respondió: desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos. El señor Jesús le dijo: si puedes creer al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamo y dijo: creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: espíritu mudo y sordo, yo te mando sal de él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia salió.” Amigo, Dios quiere ayudarte, solamente clama a él con corazón humilde y sincero, al igual que este padre de familia en su necesidad. El fue honesto con el señor al decirle “creo; ayuda mi incredulidad” recuerda que el señor Jesucristo te ama y no quiere la condenación para ti. Por eso su palabra dice: “cree en el señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.” La paz de Dios sea contigo.
¿CUANTA GENTE NO CREE?
Es más fácil no creer, no comprometerse ni responsabilizarse.
Es más fácil justificarse con sabiduría cambiante y pasajera; sin embargo, casi toda la humanidad cree en algún dios de alguna manera. Según búsquedas simples de Wikipedia, el Britannica Book of Year (1994) hay 1.154 millones de agnósticos y de ateos en el mundo. La World Christian Encyclopedia anuncia 1.071 millones de agnósticos y 262 millones de ateos en el año 2000. Según la obra de J. Baubérot (dir.), Religion et laïcité dans l’Europe un cuarto de la población europea sería “no religiosa”. El 5% de los europeos serían ateos convencidos. Una encuesta en 21 estados sobre un total de 21.000 personas y publicada en diciembre de 2004 ofrece que un 25% de los europeos del oeste se dicen ateos contra un 12% en los países de Europa central y oriental. Otras encuestas arrojan el resultado de que el 49% de los checos y el 41% de los holandeses son ateos.Un mapa actual muestra que Canadá, Estados Unidos y Argentina creen menos en Dios que el resto de América. Gran parte de Europa, lo que fue la Unión Soviética y Australia se encuentran en la misma categoría. Mientras que grandes regiones de África y el sur del continente asiático son extremadamente religiosos. La tendencia es que: entre más desarrollado el país, más se aleja de Dios.
Por supuesto, creer en falsos dioses es igual a no creer en ninguno, ya que solamente hay un Dios. En ese caso, los creyentes en Cristo somos los más numerosos. Existen unos 2.100 millones de cristianos (incluyendo católicos), más de 1,800 millones de musulmanes y hasta 1.600 millones de budistas.
VERSÍCULOS PARA MEDITAR
2ª. De corintios 4:3-4 Pero si nuestro evangelio esta encubierto, entre los que se pierden esta encubierto; en los cuales el dios de este siglo (Satanás) segó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.Hebreos 3:12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.
Hebreos.3:19 ¿Quiénes fueron los que habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de moisés? ¿Y con quienes estuvo el disgustado por cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quienes juro que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.
Apocalipsis 21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: he aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo escribe porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: hecho esta. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredara todas las cosas, y yo seré su Dios y el será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte segunda.
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