5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.Isaìas 53:5
En una ocasiòn un hombre me dijo que se sentìa un niñito en cuerpo de hombre. Cuando las cosas se ponìan dificiles el siempre recurrìa y corrìa a esconderse. Este hombre habìa sufrido algunas cosas muy traumàticas en su vida, en especial con hombres. Cuando se sentìa desafiado o amenazado, se aislaba de todo el mundo o incluso arremetìa contra los demàs. Aùn en sus mejores momentos , el se mantenìa a distancia de la gente.En un esfuerzo por protegerse a si mismo, no habìa establecido alguna relaciòn real.
El hombre contò que muchos años habìa escuchado las mentiras de satanàs y hasta las habìa llevado a su matrimonio. Toda aquella basura sin resolver de su pasado lo mantenìa esposado emocionalmente ,a la vida de un niñito de nueve años asustado.
Hoy dìa, ya este hombre no esta atado aquel niñito. Finalmente encontrò el valor para buscar ayuda.Durante la recuperaciòn, Dios le concedìo el valor para enfrentar su pasado y lidiar con el. El dice cuando las cosas se ponen difìciles todavìa se siente tentado a asumir su vieja actitud defensiva. Todavìa puede escuchar la voz del niñito dicièndole "Corre y escondete, ¡¡¡ y todo va a desaparecer!!!". Sin embargo èl presta atenciòn a las palabras de Cristo. "Ven a mì y te ayudarè a salir de esta prueba dificil". En lugar de correr a esconderse. El corre hacia Dios y encuentra gracias, misericordia, amor y valor suficiente para enfretar su pasado y convertirse en el hombre que siempre Dios quiso que èl sea.
Oraciòn: Padre Celestial, calma la tormenta en mi interior, y cuando lleguen las tormentas que me asustan, ayudame a mantenerme firme y pelear, contigo a mi lado, en el nombre de Jesùs. amèn.
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