Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. (Proverbios 8:17)
Siempre es saludable empezar el día poniendo a Dios en primer lugar. Levantarnos con acción de gracias por el día anterior y por los que nos esperan en las horas que discurrirán. No hay nada como permitir que nuestros labios se llenen de alabanzas en gratitud y regocijo por su inmenso amor y bondad, sabiendo que Dios ama a aquellos que le aman, y que es galardonador de los que le buscan. ¡Qué bueno es caer en oración sincera desde las primeras horas del alba! Beber de la fuente; la Palabra de Dios, y meditar sobre algún pasaje o texto como éste, que nos aliente, nos consuele y nos prepare para el trajín que nos aguarda.
La promesa contenida en este texto es: “Me hallan los que temprano me buscan”. Amadas,(os) con cuánta facilidad somos seducidas(os) por los sonidos, luces y entretenciones del mundo. Muchas veces somos como esos gatitos pequeños, que la más mínima tontería llama su atención, distrayéndolos por largo rato. Dios busca madrugadoras,(es) personas dispuestas a batallar en oración desde temprano, antes de abordar los afanes cotidianos que colman el día. Él promete bendecir a aquellas que, con disposición de ánimo y con resuelta solicitud, acceden a su presencia con los primeros rayos de sol.
Hermanas,(os) se que muchas veces estamos muy abrumadas(os) por muchos trabajos y obligaciones, pero es en precisamente en esa circunstancia en la que te encuentras que necesitamos ponernos en las manos de Él, y entregarle nuestra carga y descansar en El.
Te lanzo hoy este reto; acéptalo, prueba y verás cómo, hasta la forma en que ves la vida, cambiará para tu bien, tu paz y mejoría. Amén.
La sabiduría ama a los que la aman y busca a los que van en pos de ella. El que desea ser sabio ya lo es, y podemos decir que casi ha encontrado la sabiduría el que la busca con afán. Lo que decimos de la sabiduría en general, debemos afirmarlo con mayor razón de la sabiduría personificada en Jesucristo. Debemos amarle y buscarle para que podamos gozar de su amor después de ser hallado.
Nuestra gran preocupación ha de ser buscar a Jesús en la mañana de la vida. ¡Dichosos los jóvenes que pasan sus mañanas al lado de Jesús! Nunca será demasiado temprano para buscar al Señor Jesús. Los que de madrugada le buscan, ciertamente le hallarán. Deberíamos buscarle con diligencia, madrugando.
Los comerciantes que prosperan son madrugadores, y los santos cuya alma prospera, buscan con afán a Jesús. Quienes buscan a Jesús para enriquecerse, ponen todo su corazón en buscarle. Primero hemos de buscar, de madrugada, a Jesús. Ante todo a Jesús; Él es el primero y el último.
La bendición está en haberle hallado. Cuando le buscamos, se revela con mayor claridad, y se entrega más completamente a nosotros. Dichoso el hombre que busca a Aquél, que, una vez hallado, mora con Él para siempre. Entonces será para su corazón y su alma un tesoro cada vez más precioso.
Hoy temprano le hallaré porque así él me lo promete.
Oración: Señor, nos ponemos en Tus manos. Me esforzaré por buscarte de mañana y descansar en Ti. Señor Jesús, te he hallado; sé Tú mi alegría y mi suprema satisfacción. En el nombre de Jesús,Amén.
Bendiciones y paz amados hermanos.
Ps.Gonzalo y Carmen Jimenez.
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