Actuar con amor trae el perdón familiar
1.- Lectura Bíblica: Ezequiel 18:30-32
2.- Versículos para memorizar:
“... Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios.” (Mateo 3:8. NTV)
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Le relataré la historia de Fabián. Por años le dio mal trato a su esposa y a los hijos. Era un borracho irresponsable que en un fin de semana se bebía el pago de la semana y llegaba a casa maltrecho, sin control, y sin dinero para la comida. Cansada de esta situación su esposa se marchó de casa y se llevó a sus niños.
Sólo cuando se vio solo, el hombre cayó en la cuenta del tremendo error. Por mucho tiempo le pidió perdón a la mujer, pero ella se desilusionaba al ver que tras una aparente reconciliación, él volvía de nuevo a la bebida.
Lo conocí en medio de una serie de conferencias en Girón, una hermosa ciudad del norte de Colombia. Recién estaba pasando la resaca. Hablamos y le hablé de la oportunidad que le ofrecía Jesucristo para cambiar. Se decidió por el Hijo de Dios, y esa misma noche tomó la determinación de volver a casa.
Le expliqué que no sería fácil ganarse de nuevo el amor de los suyos, porque a raíz de sus mentiras había perdido credibilidad. No obstante, persistió. Luego de varios meses me enteré que su hogar se restableció. Pidió perdón pero probó con sus acciones que estaba decidido a cambiar. ¡Dios le ayudó en el proceso!
Un conocido escritor, experimentado en temas de familia, escribe: “
De vez en cuando lastimamos a las personas que más amamos. Cuando nos disculpamos, esperamos que la persona ofendida nos perdone. Podemos alentar el perdón si nuestra disculpa incluye una declaración de cambio o de arrepentimiento.
El verdadero arrepentimiento acompañado por una decisión de cambio, comienza en el corazón. No hay otra forma. Admitimos el error, nos ponemos en los zapatos de nuestro familia para comprender el dolor que sintieron, y nos disponemos al cambio. En adelante no justificamos nuestros errores ni tratamos de minimizarlo.
El profeta Ezequiel compartió con el pueblo de Israel una Palabra que nos viene bien a nosotros hoy: “Por lo tanto, pueblo de Israel, juzgaré a cada uno de ustedes, según sus acciones, dice el Señor Soberano. Arrepiéntete y apártate de tus pecados. ¡No permitas que tus pecados te destruyan! Deja atrás tu rebelión y procura encontrar un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habrías de morir, oh pueblo de Israel? No quiero que mueras, dice el Señor Soberano. ¡Cambia de rumbo y vive!” (Ezequiel 18:30-32. NTV)
Observe por favor la importancia que le concede el Señor al arrepentimiento y a la decisión de apartarnos de la maldad. Luego, el amado Padre habla de un corazón nuevo y un espíritu renovado. Es lo que nos asegura una vida plena.
Todos los seres humanos podemos cambiar, no en nuestras fuerzas sino con ayuda de Dios. Y en esa decisión de cambio, mostrando amor, respeto y consideración a nuestra familia, podemos continuar si estamos dispuestos a reconquistar el amor de nuestro cónyuge e hijos. ¡Hoy es el día para comenzar!
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Cuántas veces al día comete errores con su familia?
b.- ¿Ha tomado el tiempo para considerar este asunto?
c.- Si reconoce que ha fallado con su familia, ¿se ha dispuesto para cambiar?
d.- ¿Pidió perdón por los errores cometidos?
e.- ¿Cómo anda su relación con otras personas? ¿Les ha pedido perdón por sus errores, si les causó daño?
Hoy es el día para disponernos a cambiar con ayuda de Dios.
Oraciòn: Mi Señor y Padre Celestial a ti sea toda la Gloria y toda la Honra, exaltamos tu Santo Nombre, nos rendimos ante tu Presencia Divina, y te damos gracias por tu maravillosa enseñanza, danos un corazòn de arrepentimiento y que podamos deshechar toda maldad de nuestra vida, cambia nuestro corazòn por un corazòn limpio, puro,nuevo y un espiritu renovado, que podamos demostrar nuestro verdadero cambio, que nuestros seres queridos vean a Jesùs en nosotros, que podamos mostrar amor, comprensiòn,respeto y transparencia. Que tu Santo Espiritu nos acompañe cada dia,y nos recuerde como tenemos que ser. Te lo pedimos en el nombre Poderoso de Jesùs,amèn.
Bendiciones y paz amados hermanos.
Ps. Gonzalo y Carmen.
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