“Entonces me llenaré de alegría
causa del Señor mi salvador. Le alabaré aunque no florezcan las higueras
ni den fruto los viñedos y los olivares; aunque los campos no den su cosecha;
aunque se acaben los rebaños de ovejas y
no haya reses en los establos. Porque el Señor me da fuerzas; da a mis piernas
la ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo”. Habacuc
3:17-19
En una montaña vivía una familia de ciervos que luchaba por su
vida ocultándose entre arbustos, huyendo de los cazadores y depredadores;
mas por las tardes todos los ciervos se reunían en un valle hermoso, allí
descansaban en paz hasta el anochecer, pues todos iban en busca de un lugar seguro.
Pero una tarde, un cervatillo que apenas había aprendido a caminar se quedó atorado en pedregales, y allí se echó esperando a ser devorado por los depredadores nocturnos, mas su padre, al notar que le faltaba su pequeño, salió al rescate y al llegar al lugar vio a su cachorro rodeado por una manada de lobos, corrió hacia donde estaba él y poniéndose en frente le dijo:
Pero una tarde, un cervatillo que apenas había aprendido a caminar se quedó atorado en pedregales, y allí se echó esperando a ser devorado por los depredadores nocturnos, mas su padre, al notar que le faltaba su pequeño, salió al rescate y al llegar al lugar vio a su cachorro rodeado por una manada de lobos, corrió hacia donde estaba él y poniéndose en frente le dijo:
-Hijo ve
a ocultarte en las montañas, y el pequeño le decía:
Papá no
tengo fuerzas, apenas sé caminar.
Más el
papá, embestido por los lobos le decía:
-Hijo no
temas, yo te protegeré, ve y busca un lugar seguro… más el pequeño asustado le
decía:
-Papá no
me dejes solo…
Finalmente,
el pequeño ciervo tuvo el valor de levantarse con firmeza , y encontró un lugar
seguro, pero al estar allí recordó a su papá y quiso volver, sin embargo,
cuando vio a su papá se echó a llorar encima de él, diciendo: ¡Papá tus
cuernos, se te rompieron, estás sangrando! Todo lo hiciste por mí, papá,
perdóname por haber sido un cobarde, y el ciervo le decía:
– Hijo, no llores, vencí a los lobos, no regresarán, y si lo
hacen, estoy convencido que tu podrás con ellos, mira tus patas están firmes,
mis cuernos volverán a crecer hijo, te amo, regresa a la montaña, di a todos
que yo volveré al atardecer.
Que hermosa historia, al leerla se me salen las lágrimas porque
imagino que soy ese cervatillo acobardado, aprendiendo a caminar, con muchos
tropiezos, y peligros, pero El Señor que es mi refugio me dice: Hija levántate,
yo vencí para darte vida eterna, lo que hoy vives es necesario para que seas
fortalecida, no tengas miedo, yo me entregué por ti en la cruz, he vencido a la
muerte para darte libertad, no te he dejado sola
pues siempre estoy contigo, volveré.
Esto me hace alusión a un pasaje del libro de apocalipsis,
revelación que Dios dio al apóstol Juan:
“Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.
“Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.
El que
estaba sentado en el trono dijo: ¡Yo hago nuevas todas las cosas! Y añadió:
Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.
También me dijo: Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y
la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente
de la fuente del agua de la vida. El que salga vencedor heredará todo esto, y
yo seré su Dios y él será mi hijo.
Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos,
los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los
idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte”.
El ciervo es un animal de cuerpo flexible y compacto, con patas
largas y fuertes adaptadas a los terrenos boscosos. Ellos pasan por un proceso
evolutivo para obtener flexibilidad y adaptación.
He visto documentales donde los ciervos cuando nacen aún no tienen fortaleza
para caminar, pero para obtener firmeza,
cayeron numerosas veces y tuvieron que atravesar o andar por mucho tiempo en
suelos rocosos, es como cuando una persona está aprendiendo a tocar guitarra,
los primeros días tendrá
mucha molestia en las yemas de los dedos, pues no está acostumbrado a las cuerdas,
y dolerá un poco, pero al perseverar llegara un momento en que a las yemas de
sus dedos se le formaran cayos que le facilitaran sus prácticas y ya no sentirá
dolor al pisar las cuerdas, y también adquirirá flexibilidad en los tendones
para ejecutar tonos que requieren de una buena elasticidad de los dedos.
Así mismo
sucede en nuestro andar diario, somos como ciervos novatos que aún no sabemos usar
nuestras patas, que son las propias para los terrenos montañosos, Dios nos ha
preparado para soportar cualquier situación difícil e inclusive en su palabra
dice que Él no permitirá que seamos probados con pruebas que no podemos
soportar, siempre nos dará la salida.
En la
necesidad, en la angustia, en el temor, pongamos nuestra confianza en El Señor.
“Ustedes
no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden
ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que
pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará
también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla”. 1 Corintios
10:13
ORACION: Padre Celestial, venimos a tu Presencia Divina a darte todo Honor y toda Gloria, exaltamos tu Santo Nombre mi Señor,te adoramos y te bendecimos y te damos gracias, por tu maravillosa Palabra, que es viva y eficaz, que nos lleva a toda verdad, mi Señor en la angustia y necesidad, alli estas Tù, en la desesperaciòn tu mano nos alcanza, todas las cosas las has hecho nuevas en nosotros, permite Señor que seamos vasos de honra, ayudanos a ser personas transparentes, genuinas, que podamos vivir confiados en Ti, aumenta nuestra fè, porque tu eres nuestro refugio, nuestro amor eterno, nuestro socorro y pronto auxilio mi Señor, gracias por tu Santo Espiritu, que es nuestro consolador, que nos hace acordar todo lo que tu nos has enseñado, gracias por morar en nosotros,ayudanos a caminar con tus pasos, pon tu gracia en nuestras vidas, te pedimos en el Poderoso nombre de Jesùs. amèn.
Bendiciones y paz amados hermanos.
Ps. Gonzalo y Carmen Jimenez.
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